El Clan del Oso Tabernario: Riaño y Santoña.

Tras un invierno de lo más suave, la pasada ola de frío siberiano dejó por el norte peninsular un buen montón de nieve que había que aprovechar. Así que cogí la mochila y fui al encuentro del Clan del Oso Tabernario.

Este clan, centralizado en la figura de dos hermanos de la montaña de Riaño, Álvaro y Belén, está compuesto por ellos mismos y por un grupúsculo de gente que les rodea, y cuyas principales ocupaciones consisten en salir habitualmente a la montaña en busca del gran oso pardo, y reposar después de cada dura jornada en las tabernas de la comarca.

Acostumbrado a climas mucho más templados, mi llegada fue espectacular. Valles repletos de nieve, temperaturas gélidas y un sol radiante, perfecto para patearse la montaña y salir en busca del gran úrsido.
Y así lo hicimos. Una combinación perfecta de campo, contribución al desarrollo local (en las tabernas), vida familiar y nocturnidad, que dejó grandes momentos para el recuerdo, como el día en que vimos hasta en cuatro ocasiones al gato montés, o la cantidad de rastros del oso que nos llegamos a encontrar. Estuvimos cerca, aunque no lo suficiente. Pero volveremos a intentarlo.

Además realizamos una veloz, pero realmente eficaz, incursión a las marismas de Santoña (Cantabria). Un estreno quasi perfecto, que nos permitió ver especies poco habituales (al menos por el sur) como los eider (macho y hembra), negrón común, alcas, barnaclas carinegras (unas 20), colimbo grande, cormorán moñudo y diversas especies de anátidas y limícolas. Una pasada de día, vamos.

En conclusión, un viajecillo de lo más guapo por estas tierras norteñas que tanto me gustan. Pero como siempre, más valen las imágenes que las palabras, así que para rematar os dejo la correspondiente tira de imágenes.

Disfrutad insensatos!!

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