02 diciembre 2010

Ya son 200.

Hace unos dos años, estando aún en Doñana, comencé a hacer una check list de las aves vistas durante todo el año. Surgió como un juego, para ver si conseguía ver más aves que Rui (obviamente no fue así), y como una forma de seguir aprendiendo. De obligarme a mi mismo a salir al campo a menudo a engrosar mi lista.
Creo que puedo decir que fue entonces cuando entré a formar parte de este gran colectivo que somos los freaks pajareros -por llamarno de alguna manera-.

No obstante siempre existen niveles, y aún me queda mucho para llegar al nivel de frikismo de alguno que yo me se, desmarcándome por supuesto del coleccionismo obsesivo de nuevas especies.

Esta es una práctica que no entiendo ni comparto, y creo que todo tiene su medida. Me encanta ir con mi lista y mi libreta al campo e ir descubriendo nuevas especies, pero lo que más me gusta es lo primero. El hecho de salir, estar en un espacio natural, ir con mis prismáticos y disfrutar de un día de campo.

Pero otra cosa muy distinta es la obsesión. Esto lo describía muy bien Jose Sencianes en su blog, en una entrada sobre su viaje a Perú y Bolivia (si no recuerdo mal). En fin, creo que ya sabéis a que me refiero. Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera con su tiempo y su dinero, pero eso no va conmigo.

El caso es que este es el segundo año que hago mi lista y ayer conseguí alcanzar el objetivo que me había propuesto para este año. Las 200 especies.

La especie en cuestión fue un juvenil de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus), que casi pasó desapercibido en un bando mixto de patiamarillas, charranes patinegros y gaviotas de Audouin.
Me llamó la atención su tamaño, más pequeño de las Audouin, y aunque lo primero que pensé fue que sería una reidora, después de observarlo un rato, guía en mano, no había duda.

Así que ahí queda, la especie nº 200 de mi lista. Aún espero sumar alguna más este mes, pero eso ya se verá.

Se me olvidó comentar que la vi, como no, en la Playa de Cuesta Maneli. El mar estaba bastante movido y gaviotas y charranes se agolpaban en bandos bastante grandes en las orillas.
Por lo demás, nada fuera de lo normal. Solamente un roquero solitario (Monticola solitarius) que se movía por los cortados de arena. No esperaba ver uno en esa playa, la verdad.

Os dejo algunas fotos de ayer.



El mar estaba bastante revuelto.
Al fondo, un gran bando de gaviotas y charranes.


Medusa recién arrastrada por la marea.

La misma medusa, desde otra perspectiva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pués este año 2010 me has superado, machacado y humillado en el número de espécies de aves observadas :-{ Yo me quedé por las 170, ya que la escrita de la tésis y Julia no me han dejado más tiempo para salir al campo.
Pero 2011 será diferente AHAHAHA!!! (carcajada diabólica y/o demoníaca)
abraços!
rUi