Ribera del Guadalquivir y Salinas de Bonanza: camarones y nuevas observaciones.

Esta semana he tenido la oportunidad de salir al campo de nuevo. Durante un par de mañanas he acompañado a Christophe en sus muestreos por la Ribera del Guadalquivir y las Salinas de Bonanza, en busca de camarones, lo que a nivel personal me ha venido de perlas, ya que he descubierto una zona que hacía tiempo quería explorar (la ribera gaditana del Guadalquivir próxima a Sanlúcar), y que además, a pesar de no ir estrictamente a pajarear, me ha permitido realizar algunas observaciones muy interesantes.

Chistophe, "Franky".

Pero vamos por partes.
Lo primero, agradecerle a Christophe por ambas salidas y como no, por las tapas post-campo.
El objetivo de estas salidas era la colocación de varias nasas camaroneras para -obviamente- capturar camarones, que es el bichejo con el que trabaja Franky. Concretamente con tres especies: Palaemon longirostris, Paleemonetes varians -ambas especies autóctonas- y Palaemon macrodactylus -especie típicamente invasora procedente del Pacífico-.
Y así lo hicimos. Comenzamos por acceder al río a través de las Salinas de Bonanza. Sin embargo el limo de la orilla era demasiado fino y fue imposible colocar la nasa sin quedar atrapado antes.
Las otras nasas fueron colocadas río arriba, próximas a la localidad de Trebujena.

Christophe en el Guadalquivir colocando una nasa.

Los resultados en cuanto a capturas fueron más bien pobres, y tan sólo cayeron 6 camarones, la mayoría de la especie invasora, que inmediatamente fueron introducidos en una bombona de nitrógeno líquido para su perfecta conservación.

Palaemon longirostris , especie autóctona
presente en el Guadalquivir.

Manipulando los aparatos.

Por otro lado, si como decía los resultados de campo no fueron nada espectaculares, algo mejor se me dió a mi la faena pajarera. A pesar de no ir estrictamente a esto, pude ver algunas cosas bastante interesantes.

La cosa comenzó bien con el descubrimiento de las Salinas de Bonanza. Primero en unas balsas frente a sus oficinas tuve la oportunidad de ver por primera vez una gaviota picofina -Larus genei-. En realidad había al menos una veintena, y estaban muy cerca y bien quietas junto a otras reidoras y un puñado de cigüeñuelas, de modo que la observación fue más que buena.

Al poco, ya dentro de las salinas, varios bandos de tarros blancos repartidos en las diferentes balsas -en total más de 100 individuos-, un gran grupo de zampullines cuellinegros, y una flamencada de aupa, además de gaviotas, charranes y alguna pagaza, montaron un espectáculo de lo más aparente.

Después continuamos río arriba por una vieja carretera muy bacheada, según que tramos, que va todo el tiempo en paralelo al río atravesando vastos campos de almajos -Suaeda sp.- semi inundados. En ellos se pueden observar de cuando en cuando pequeños grupos de limícolas agrupados en las orillas de las pequeñas charcas que se forman.
En las orillas del Guadalquivir, aprovechando la bajamar, se congregan chorlitejos y correlimos, y los palos de sus orillas son aprovechados por garzas, algún águila pescadora y los cormoranes para secar sus alas al sol.

Típicas formaciones de palos en las orillas del río.


Barco empleado para la captura de camarones.

Es verdad que paisajísticamente puede que no sean nada del otro mundo, pero estos campos tienen algo, y están llenos de vida. Y como siempre, con un poco de suerte y algo de ojo, te llevas alguna sorpresa a casa, como la que me llevé yo al ver desde el coche una agachadiza común -Gallinago gallinago- agazapada en un almajo. Paramos, e intenté hacerle una foto, pero mi 18-70 mm. no da para más, y cuando intenté acercarme un poco, voló sin dudarlo. De nuevo mi primera observación para una especie, y con foto -de aquella manera- para contarlo.

Agachadiza común Gallinago gallinago. Primera vez que observo esta especie.

Para finalizar os dejo una lista con algunas de las especies que pudimos observar por estos parajes:

Haz click encima para verla en grande.
(y no tengas en cuenta que haya escrito zapillín...)

Por supuesto que había muchas más especies, pero tampoco íbamos a eso, así que todo será cuestión de volver y seguir descubriendo estos parajes.