30 junio 2011

Un final incompleto.

Se acabó el campo, al menos para mi. Mi próximo viaje a Malasia y Vietnam me obliga a abandonar el barco un poco antes de lo que debiera, y aunque el pico fuerte de trabajo ya ha pasado, la sensación que le queda a uno es la de dejar las cosas a medias. De no haber tenido la oportunidad de despedirme del campo como me hubiera gustado, de forma algo menos precipitada. Pero así se han dado las cosas, y en 48 horas estaré volando hacia el sudeste asiático (ya vendrán nuevas entradas al respecto), así que tampoco me voy a quejar.

Quedan atrás 10.000 km de campo y un coche algo maltrecho; compañeros de cueva que se han ganado un hueco en la memoria, y a los que espero que el futuro nos vuelva a hacer coincidir; personajes ilustres -y otros no tan ilustres- que dan vida a esta comarca, amenizan la existencia con conversaciones esporádicas sobre lo humano, lo divino o lo absurdo, y llenan los bares a la hora del café (y la copa). A saber, pastores, agricultores, cazadores y paisanos en general, la mayoría de ellos, siempre buena gente.

Quedan atrás muchas horas de trabajo con lluvia, viento o sol; muchos atardeceres, algún que otro amanecer y alguna que otra noche de trabajo también; muchos momentos de darle a la cabeza y reflexionar, para mejor o para peor, sobre todo y sobre nada.

Y queda también un sentimiento de gratitud hacia las personas que me han dado esta oportunidad y las que desde el primer momento me dieron un voto de confianza. Y también una satisfacción enorme de saber que las cosas, aún a pesar de los errores de la inexperiencia, se han hecho lo mejor posible y con mucha ilusión. De haber aprendido tanto en tan poco tiempo, y de haber disfrutado tantísimo con los bichos.

En definitiva, lo que queda atrás no es sino una temporada de campo más, bastante intensa, eso sí, con todas sus alegrías y sus afortunadamente, pocas penas, la gente, los pájaros, los paisajes y el paisanaje, y los mil y un momentos que recordar. Momentos que recordados darían para llenar más de una noche de cervezas, y cuyo sitio seguramente sea ese y no este blog.

De modo que esto fue todo. Se acabó Guadix y empieza una nueva etapa (otra más). Por de pronto nos espera un mes asiático y después, ya veremos. Tal vez esto sólo sea un hasta luego...

Ahora lo que os dejo, como no podía ser de otra manera, es un pequeño resumen de fotos de lo que han sido estos meses.

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Nos vemos en Agosto!!

6 comentarios:

kepacha dijo...

Nen!!

Que peaso de afotos!! En serio, no sé qué te vas a traer de las asias, pero ya estoy impaciente...

Me han gustado mucho, no sé si el libraco ese que te cayó por reyes tiene que ver (aparte de uno que vale, que también, y mucho) pero últimamente te estás saliendo, y te lo dice uno que algo de esto sabe...

besos!

Helena Sanjurjo dijo...

Me han encantado las fotos! Anda que no has aprovechado bien tus días cueveros! Pasarlo genial en Malasia! Y publica q la vuelta ;) Un beso a los dos!

Alex dijo...

maremía...los que no te contraten son unos capullos de mucho cuidao. Vales un imperio y mucho más, a ver si se van dando ya cuenta (jejeje, parezco tu madre, lo sé, pero por eso mismo...que las madres siempre llevan la razón! :-). Fotos geniales. Texto íntimo y sincero. Mancantao Fer. Qué rabia me da no poder ir a echarme esas cervecitas de despedida. Pasadlo mú bien por allí y ya nos contáis, vale? por blog y en persona :-)
Un fuerte abrazo!
Alex

Cristina dijo...

Hola Fer,
Las fotos, increíbles!!
Y espero que el viaje a Malasia vaya genial!!
Un beso grande y nos vemos a la vuelta.

Anónimo dijo...

Maravilloso artículo fer y mejores fotos!!

Ricky dijo...

Enhorabuena por este blog fer!!